El corazón es un organo que late rítmicamente y no se detiene por penas ni amarguras. Al terminar la jornada, me he quedado sobre el viejo sofá contemplando la soledad de costumbre.
Del-entonces- y- el allí- sobran las respuestas- y aún así:

¿Cuándo dejaré de sentirme la niña abandonada?

¿Cuándo dejaré de llamar a un número sin línea?

¿Cuándo dejaré de pensar en el suicidio?
 
posted by Patricia Venti at 17:58 |


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